Ojito Ve

Otra vez se hace noticia desde el Congreso. No se trata de otra polémica ley, ni de un nuevo escándalo descarado de nuestros Padres de la Patria, quienes han cometido memorables infracciones mereciendo con justeza inolvidables apodos como comeoro, robacable, planchacamisa, lavapies, mataperro, comepollo, entre otros. Esta vez se trata de la asidua visitante y amiga del actual régimen, Nancy Obregón, quien cual Kina Malpartida Arremetió contra un fotógrafo de Perú 21 que osó tomarle fotos en el pasillo del Parlamento. Muchos nos preguntamos, ¿se justifica la reacción desmedida de la ex legisladora frente al “acoso” del hombre de prensa que sólo cumplía con su trabajo?. Algunos quizás, piensen que sí y otros que no. Sin embargo, el pasado violento de la Obregón la condena. Ayer los medios, refrescaron la frágil memoria colectiva, pasando el video donde se le ve golpeando a diestra y siniestra luego de la aprobación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos. Tam

Los platos emblemáticos lambayecanos brillaron en la segunda edición de “Sabe a Perú”, feria gastronómica que atrajo a cientos de miles de visitantes quienes disfrutaron de la buena comida, música y preparaciones en vivo de reconocidos cheffs limeños. Este evento que nació en la Sociedad Nacional de Gastronomía (APEGA) que dirige mi buen amigo Mariano Valderrama, gastrónomo y científico social de reconocida trayectoria, es sin duda el mejor en su género. Los chiclayanos, se congregaron en esta gran fiesta gastronómica, para disfrutar no sólo de los ricos potajes lambayecanos sino de otros traídos de distintos puntos del país. Captó la atención de los concurrentes la reconocida cocinera chinchana Mama Inés. Chancho al palo, chicharrones de chancho, cabrito combinado, arroz con pato, cuy chactado, pepian de pava, chinguirito, cebiche, entre otras delicias fueron las más demandadas por el público. La presencia del primerísimo promotor y difusor de la comida peruana en el exte

Sabías palabras de don Dionisio Vilca luego de encontrar a su hijo descuartizado en la selva de La Convención, tras caer en combate en la sangrienta guerra que libra el Estado contra los narcoterroristas apoderados del VRAE. De qué valen ahora los honores policiales, si el joven falleció desangrado esperando un rescate que nunca llegó, de qué vale ahora que una calle lleve su nombre si nunca más volverá al barrio que lo vio nacer, de qué vale ahora que los responsables políticos sean censurados si no volverá a la vida. Para qué don Dionisio quiere un héroe, que finalmente quedará en el olvido como los tantos policías anónimos que han muerto en el VRAE, en la Curva del Diablo, en el Moqueguazo o en el Bosque de Pomac. Para qué el país quiere tantos héroes que han dejado desconsolados padres, viudas y huérfanos, quienes ni siquiera reciben una pensión digna para cubrir sus necesidades materiales, ya que el afectivo es irreparable. Mientras la televisión mostraba a don Di

Era la mañana del 6 de mayo cuando un grito se escuchó alrededor de la casa. “Muchachos, una nana....” Mi hermano Carlos daba la voz de alerta del nacimiento de mi hermana María Isabel, la segunda mujer y la quinta hija de mis padres Magna y Luis. Hasta ese día, María Esfilia había sido la más consentida, protegida y engreída de la casa. La pobre tenía que lidear con las palomilladas de mis tres hermanos varones que la trataban como un hombre más de la casa. El trío no pudo escapar ni de su furia, ni de los castigos de mi padre, quien imponía su autoridad para hacer respetar a la única hermana mujer. La nueva nana de la casa fue bautizada con el nombre de María Isabel, y salió más palomilla que los “muchachos”. Entre sus tantas travesuras, mis padres relatan la vez que invitó mostaza y aceitunas a unos niños del campo quienes terminaron con el estómago revuelto. En primaria y secundaria, destacó no tanto por los estudios sino por las revueltas que ocasionaba en el saló

La noticia que don Dionisio Vilca logró ubicar a su hijo el suboficial de la Policía Nacional perdido en la selva del VRAE, luego que el valiente efectivo cayera abatido mientras participaba en la búsqueda de los 36 secuestrados por los narcoterroristas, nos deja una nueva lección de amor filial. El padre del efectivo de la Dinoes, César Vilca Vega, no escamitó esfuerzos en salir en busca de su vástago de tan sólo 22 años quien motivado por su vocación abandonó la universidad y se enroló a las filas de la Policía Nacional. Cuando la misma institución lo abandonó en la copiosa selva, don Dionisio salió en su búsqueda guiado por los nativos de la zona. Ni la falta de logística ni el peligro sembrado por los narcoterroristas, hizo desistir a este valiente padre de proseguir con su propósito. Él abrigaba la esperanza de hallarlo con vida, tal como sucedió con su compañero el suboficial Luis Astuquillca, quien milagrosamente salvó del ataque de los subversivos y regresó a casa tr