UN DOMINGO EN EL PENAL
Mientras la música cumbiambera resuena a todo volumen en el interior de las cuadras, afuera en el patio, un soldado de Cristo reflexiona sobre la palabra de Dios. Con la garganta enronquecida se asegura que nadie deje de escuchar la enseñanza bíblica del día. Es domingo, día de visita, los internos lucen sus mejores trajes para recibir a sus seres queridos. De a poco, las sillas y mesas, se van poblando. Saludan con afecto y van sacando de las bolsas los alimentos, ropa y demás accesorios traídos en este día especial. Las carencias del lugar son mitigadas por las muestras de cariño y afecto de las mujeres que visitan a sus esposos, hijos y padres privados de su libertad. Mientras los familiares se reencuentran, algunos internos aprovechan la afluencia de público para vender rifas de artesanías que serán sorteadas al final del día. Otros promocionan postres, cebiches, pollo al cilindro y demás potajes que son preparados para la ocasión. La música va c...