MI PADRE Y EL REAL FELIPE
Mi padre no pudo contener la emoción al recordar los días vividos en el cuartel del Real Felipe cuando le comenté que había visitado la fortaleza ahora convertida en un histórico museo administrado por el Ejército Peruano. Una ráfaga de recuerdos llegaron a su mente y la tristeza se apoderó de él al rememorar que sirvió a la Patria siendo menor de edad por decisión de su padre, un cuzqueño viudo que quedó atrapado por el amor de otra mujer. Al Cuartel del Real Felipe llegaban sólo los instruidos, aunque se les filtró un soldado de la sierra que no sabía leer ni escribir, cuenta a manera de anécdota. Refiere también que fue recluido en las mazmorras cuando en cierta ocasión mientras barrían los ambientes, un oficial descubrió polvo en un espacio dejado por la descordinación de las cuadrillas. En otra ocasión, indica que mientras hacía guardía se quedó dormido precisos instantes en que su fusil le fue sustraído. “Cuando desperté no tenía el arma y como sabía que ser...