EL DRAMA DE MELCOCHITA


“Dios perdona el pecado pero no el escándalo” reza una frase popular que podría resumir el drama que vive el cómico peruano Melcochita, quien ha descubierto que su hija Constanza no es suya tras someterse a una prueba de ADN. La realidad ha superado la ficción y tremenda telellorona que se ha armado en los medios de comunicación que muestran a un Melcochita destruido emocionalmente por la noticia pero demasiado sobre expuesto a la prensa. El “culebrón” se inició meses atrás, cuando el cómico haciendo gala de su virilidad a pesar de los largos años que carga encima, presentó a su joven pareja Monserrat y a su supuesta pequeña hija. La que más sufrió con esta historia farandulera, fue su conviviente Mery, su fiel y abnegada compañera, que murió meses después del escándalo con la sospecha que Melcochita había sido engañado. Y como en este mundo todo se paga, ahora el cómico anda como alma en pena de canal en canal mostrando su dolor y manifestando que aunque no sea el padre de Constanza quiere asumir la paternidad. Vaya lío, las tramas de las novelas mexicanas han quedado chicas frente a este dramón que nadie sabe cómo terminará. Pero que no nos sorprenda que Melcochita vuelva a reincidir. Como dice otro dicho popular: El hombre es el único ser que tropieza dos veces con la misma piedra.

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