LA VIOLENCIA GANA TERRENO

Conmoción ha causado a nivel nacional el asesinato del presidente regional (e) de Ancash, José Luis Sánchez Milla, un joven político provinciano, que vio truncado su futuro en manos de un desquiciado sujeto que quiso asaltarlo en plena carretera en la eterna Ciudad de la Primavera. Sánchez Milla es sólo una víctima más de la violencia que arrecia al Perú, desde hace varios años, y que va ganando espacio ante la indiferencia de la Policía Nacional. Y es que el prestigio de esta institución tutelar, está venida a menos, en los últimos años. Los policías ya no nos dan seguridad como antaño, hoy sentimos temor por su actuación poco honesta. Cuando vemos a un efectivo detener un vehículo dibujamos una sonrisa maliciosa y hasta apostamos que con toda seguridad está pidiendo una “coima”. Lo mismo ocurre en las dependencias policiales donde el trámite puede correr o detenerse de acuerdo a la generosidad del usuario.¡ A la Policía, se la respeta! , decía una frase de una publicidad estatal, que buscaba recobrar el prestigio de nuestros custodios del orden. Pero el cambio más que de una bonita frase, parte de la actitud misma de los policías, que si bien es cierto no están bien remunerados, no se justifica en lo absoluto su “recurseo” en los patrullajes que realizan en la ciudad. Mientras tanto la delincuencia crece, los extorsionadores hacen de las suyas y los “sicarios” matan a sangre fría. Urge una verdadera reforma policial y la aplicación de eficientes planes de seguridad en todo el país, en tanto, casos como lo acontecido al presidente regional de Ancash seguirá sucediendo con más frecuencia a vista y paciencia de todos los sufridos peruanos.