LAS CRUELES CORRIDAS DE TOROS


Este sábado último mi padre sintonizaba en la televisión una corrida de toros transmitida en directo desde la plaza de México, una de las más importantes de ese país. En aquella jornada ocho toros de raza iban a ser “sacrificados” en un ritual cruel, doloroso y de muerte inminente. No me explico cómo un hecho tan sangriento puede ser un espectáculo en el que el público aviva, aplaude y hasta premia a los toreros que se convierten en verdugos de estos pobres animales que terminan literalmente abatidos en la arena. Sin duda las corridas de toros son una diversión cruel, pues no es nada humano ver a un animal moribundo, babeando y con el espinazo sangrando, que responde torpemente a la provocación de una capa roja, meneada victoriosamente por un sujeto de traje brilloso con licencia para clavarle una espada certera en el lomo que acabará con su miserable existencia. Y luego nos quejamos de tanta violencia y crueldad, cuando somos nosotros – los seres humanos- los que avivamos tremendo sadismo con indefensos animales. Vale la reflexión, pues en nuestras manos está frenar este tipo de espectáculos que pone en tela de juicio nuestra condición humana.

Comentarios

  1. ES REPUGNANTE SEMEJANTE TRADICION, HASTA CUANDO DE DESPOJARAN TALES PERSONES DE ESTAS CABERNARIAS COSTUMBRES Y SE DECIDAN DARLA OPORTUNIDAD A LA VERDADERA CIVILIZACION.

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