¡¡DEFENDAMOS LA VIDA!!
Hace unos días se celebró el Día del Niño No nacido, ese pequeño ser que aún se encuentra en el vientre materno, dependiendo exclusivamente de su madre. Esta fecha impulsada por la Iglesia Católica aboga por el derecho a la vida desde la concepción, pues por donde se le mire el aborto es un crimen con todos los atenuantes pues se ejecuta con premeditación, alevosía y ventaja contra un ser inocente que no pidió a venir a este mundo. Los defensores del aborto alegan que la decisión está en la madre, quien tiene todo el derecho y la libertad para hacer de su cuerpo lo que mejor le parezca. Se dice que el feto no tiene alma, que el feto no siente dolor, que el feto no es un ser humano, en fin, se dicen tantas mentiras a medias, que para nada justifican este asesinato cruel e inhumano. Diariamente, miles de mujeres se someten a prácticas abortivas en las condiciones más deplorables. Millones de niños no nacidos han muerto en las manos de profesionales que paradójicamente han sido formados para ayudar a dar vida y salud. Es la hecatombe más escalofriante que el ser que se dice humano pueda perpetrar. Se cree que el cielo tiembla con cada aborto que se produce en la tierra. Y que cada mujer y cada hombre que lo permite queda marcado para siempre. Cómo vivir en paz, sabiendo que tu hijo o hija fue arrancada de tu vientre y la faz de la tierra con tu consentimiento. Cómo vivir en paz, con tremendo cargo de conciencia. En nuestras manos está seguir permitiendo que más pequeños dejen de existir por el abuso del hombre por el hombre. Defendamos la vida y el derecho de los niños no nacidos, y elevemos una oración por aquellos que fueron abatidos en el lugar más cálido y tierno del mundo: el vientre de una madre.
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