TAN LEJOS Y TAN CERCA
En los últimos días una serie de sucesos noticiosos han acaparado la atención del mundo. Como latinos y peruanos nos sentimos lejos, y a la vez, cerca de tales hechos ocurridos al otro lado del mundo. Primero fue la boda del príncipe William- hijo de la recordada Diana de Gales- con su novia de universidad Kate Middleton. Y aunque los reyes ni nos van ni nos vienen, captó nuestra atención tal acontecimiento que paralizó toda una Nación. Para los latinos, los reinados sólo están en los cuentos y en los certámenes de belleza cuestionados- por cierto- Aún así seguimos de cerca la noticia que acaparó titulares en los canales de tv, radio y prensa escrita. Tras la resaca de la boda – a la que nos autoinvitamos, le siguió la beatificación del Papa Juan Pablo II ante más de un millón de asistentes. El Papa peregrino se elevó a los altares de la Iglesia Católica y su transmisión en vivo y en directo fue seguido por miles de peruanos que madrugaron para presenciar tal acontecimiento. Los que nos quedamos dormidos pudimos ver las repeticiones y sendos reportajes en los programas periodísticos del domingo. De pronto muchos de estos espacios televisivos fueron interrumpidos para propalar la noticia de la muerte del terrorista más buscado de la última década Osa Bin Laden. Aquel demente personaje que planificó el atentado de las torres gemelas de Nueva York y al Pentagonito en Washintong, dejando más de 3,000 muertos y por ende familias destrozadas. El terrorista cayó abatido en una operación militar en Afganistán. Los peruanos conocemos de cerca el dolor del accionar demencial del terrorismo. La guerra interna nos dejó 25 mil peruanos muertos en una década de violencia y enfrentamiento. Una vez más nos sentimos tan lejos y tan cerca de un hecho que quedará registrada en la historia universal.
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