DAVID Y CIRO UNIDOS POR EL INFORTUNIO

Las historias de David Oyarce y Ciro Castillo, dos jóvenes universitarios con futuro promisorio, unidos y marcados por la tragedia, causaron conmoción en todos los peruanos que nos solidarizamos con su temprana partida. Las historias de ambos, ocuparon y siguen ganando titulares en los medios de comunicación a sabiendas que gran parte del país aún sigue pendiente del desenvolvimiento de estos casos. El cuerpo de Ciro no ha sido ubicado en el Colca y el proceso será archivado; y la muerte de David – pese a que los inculpados están en prisión – no se ha esclarecido del todo pues hay testimonios que tratan de tergiversar la verdad.
La gran interrogantes que hacemos, es si estos sucesos lamentables pudieron evitarse o son parte del destino de ambos jóvenes, que tal vez habrían aportado mucho a esta sociedad. Sin duda una respuesta difícil de resolver, pues la gran controversia es si el destino está marcado desde nuestro nacimiento o lo forjamos con nuestro accionar. Lo cierto que la tragedia de estos dos jóvenes, de buena posición económica, queridos por sus familiares, admirados y respetados por sus amigos, nos dejan grandes lecciones que debemos aprender para que sus muertes no sean vanas.
En ese contexto, Ciro aconsejaría a los jóvenes a ser más prudentes y comunicativos con sus padres. A calmar esos ánimos que a esa edad los hace ser dueños del mundo. A medir los peligros que los rodea y porsupuesto a tener buenas amistades.
Por su parte, David, pediría frenar esa violencia inútil y desenfrenada desatada en el fútbol peruano por una histórica rivalidad entre la U y la Alianza. Invocaría a disfrutar de los espectáculos deportivos sin apasionamientos, a evitar el consumo de alcohol y droga – porque sus agresores sin duda consumieron estos productos – y a las autoridades a cumplir mejor su labor preventiva y a forjar una cultura de paz en esta sociedad cada vez más violenta. En nosotros está tomar o desechar estas lecciones de vida para que casos similares nunca más vuelvan a repetirse.