ENREDOS Y DESENREDOS DE NUESTRAS PRIMERAS DAMAS
En los últimos años, las primeras damas de la nación del Perú dejaron de ser decorativas y dedicadas exclusivamente a actividades protocolares, caritativas y sociales, para ejercer en menor o mayor grado poder sobre las decisiones de Gobierno.
Hagamos un breve recuento de las actuaciones de nuestras primerísimas ciudadanas que han acompañado a sus cónyugues en la aventura de dirigir los destinos del país.
Aunque muchos no la recordamos, Violeta Correa de Belaúnde fue el pilar del Gobierno de don Fernando Belaunde Terry en su segundo período del año 80 al 85. Se dice que doña Violeta, su otrora secretaria, fue el brazo derecho del desaparecido arquitecto. "Siempre estuvo a su lado, pero nunca delante de él, evitando quitarle protagonismo". Doña Violeta tenía bien puestos los pantalones y militaba activamente en el partido de Acción Popular.
Le siguió la carismática Pilar Nores de García, argentina de nacimiento pero peruana de corazón que le dio imagen y simpatía al Gobierno desastroso del entonces joven mandatario Alan García Pérez que llevó al país a una de más graves crisis económicas y políticas por la super hiper inflación y el terrorismo que asoló el Perú entre los años 85- 90. Pilar fundó por aquella época la Fundación por los Niños del Perú para dar protección a los menores en estado de abandono físico y moral. En el segundo Gobierno de García mantuvo el mismo perfil siendo una dama discreta, prudente y comprensiva, preocupada por reducir la pobreza en las comunidades andinas. Nunca la vimos perder los papeles, ni cuando el mandatario en un mensaje al país, anunció el nacimiento de un hijo extramatrimonial. Para algunos la presencia de Pilar en esta declaración pública fue un exceso y una humillación como mujer, esposa y madre. Conocí a Nores en una visita a Chiclayo para el lanzamiento de su programa “Sembrando”. La breve reunión que sostuvo con el Ing. Rubén Ríos, entonces gerente general del Gobierno Regional de Lambayeque, sirvió para darme cuenta que se trataba de un mujer sencilla y amable. Amén de su belleza y elegancia.
Susana Higuchi jugó un papel preponderante en la campaña política de su esposo Alberto Fujimori, el chino que prometía honradez, tecnología y trabajo. Tras ser marginada y vejada por su propio compañero sacó a la luz denuncias de corrupción de su Gobierno. Su delicado estado de salud la hizo ver como una mujer frágil y desprotegida, pero a la vez valiente por enfrentar a un régimen todopoderoso y corrupto. Tras su divorcio, la sucedió su hija Keiko Fujimori quien asumió el reto a los 19 años de edad, cuando todavía era estudiante universitaria. Keiko fue una joven carismática y sencilla. En una de sus visitas a Chiclayo, un medio de comunicación local tituló “Keiko se robó el corazón de los niños”, en alusión a su sencillez. Pese a ser cuestionada por no salir en defensa de su madre, fue la única que dejó decentemente Palacio de Gobierno cuando su progenitor renunció vía fax desde el extranjero. No huyó entre gallos y medianoche como lo hicieron casi todos los miembros del Gobierno, sino que en plena luz del día abandonó Palacio de Gobierno despidiéndose de cada uno de los trabajadores con quienes compartió largas jornadas palaciegas.
Elian Karp tuvo su propio estilo, con más desaciertos que aciertos. Durante la campaña política sumó puntos al candidato Alejandro Toledo. El cholo y la gringuita, se posicionaron en el electorado peruano. Se promocionó como una mujer inteligente, funcionaria del Banco Mundial e interesada en luchar por la defensa y reivindicación de los sectores indígenas. Ya en el Gobierno, su bien ganada imagen se fue diluyendo. Por el contrario, se caracterizó por ser poco tolerante e iracunda. El caso Zarahí, la hija no reconocida de Alejandro Toledo, la mostró como una mujer fría y hasta inhumana. Amén de los escándalos y apuros que puso al Gobernante por su cuestionada actuación frente al público y la prensa. Una de las frases más recordada fue “…. escuchen pituquitos de Miraflores mi cholo es sano y sagrado”…infausto mensaje que ahondaba en las diferencias sociales y raciales del Perú.
La actual primera Dama Nadine Heredia tiene su propio estilo. Ha sido catalogada como una de las mujeres más poderosas del Perú por la influencia que ejerce sobre su esposo Ollanta Humala. Algunos creen que será su sucesora al estilo de los esposos Kirchner- Fernández en la Argentina. Ha sido cuestionada por su excesiva presencia al lado del Presidente. No se ha perdido ni un viaje al exterior, con bebés incluidos. Se le critica por irrogarse funciones públicas que no le corresponden. El día del desfile militar por Fiestas Patrias se ubicó a la diesta del mandantario cuando ese lugar no le correspondía, según la precedencia oficial. Ojalá nuestra primera dama no termine por opacar al Presidente Ollanta Humala quien por lo menos ha tenido el tino de enmendarse la plana al darse cuenta que las ideas y propuestas que hizo en campaña no se ajustan a nuestra realidad.
Las damas de nuestra nación han tenido (o tienen) su propio estilo, aciertos y desaciertos, y aunque los peruanos no elijamos a una pareja sino a un gobernante, queda claro que su postura y opinión puede ayudar o menoscabar la gestión gubernamental de sus esposos.
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