CONGRESO DE MAL EN PEOR

Una perla más del Congreso de la República. El polémico programa “Gestores para el Desarrollo” fue cancelado para que a cambio se retire el pedido de censura al presidente del Congreso, Daniel Abugattás, quien de este modo fue blindado para evitar quedar expuesto ante la opinión pública.

El programa Gestores para el Desarrollo fue lanzado el 01 de febrero y tenía como propósito acercar el Parlamento a los 300 distritos más pobres del país en aras de coordinar acciones orientadas a lograr su ansiado progreso, tarea que según opositores corresponde al Ejecutivo más no al Legislativo.

La contratación del personal se hizo a dedo, es decir, se incorporaron a sus filas ex parlamentarias como Nancy Obregón y Juana Huancahuari, así como otros personajes vinculados al Partido Nacionalista. Es decir, más claro ni el agua, el famoso programa “Gestores para el Desarrollo” no era más que una agencia de empleo para los allegados al partido de Gobierno.

La Comisión de Fiscalización del Congreso de la República decidió no investigar el polémico y cancelado programa, hasta esperar que la Contraloría General de la República emita su respectivo informe.

Con seguridad la pita se romperá por el lado más débil. Se procesará y sancionará a los funcionarios que tuvieron a cargo las contrataciones del personal. Y preguntamos: ¿Con el mismo rigor serán sancionados los responsables políticos de este globo de ensayo o experimento?.

El retiro del voto de censura promovida por el legislador Javier Velásquez responde a nuestra pregunta. Es decir, Daniel Abugattás al igual que su colega Chehade ha sido blindado amparado en el consabido dicho “Otorongo no come Otorongo”.

Es vergonzoso e inaudito escuchar a don Daniel Abugattás decir que quizá actuó de manera solitaria, pues el diseño del programa fue suyo, pero le faltó socializarlo. Osea que en buen cristiano, este gobierno utiliza los recursos del Estado para sus “visiones” personales, obviando los aportes de los demás y en especial de los profesionales y técnicos quienes deberían tener la responsabilidad de diseñar programas serios, adecuados y productivos.

Indigna ver a los “Padres de la Patria” haciendo uso y abuso de su poder, haciendo y deshaciendo a su libre albedrío, con evidentes negociaciones debajo de la mesa y dobles morales que como siempre los ponen en evidencia.

Sin duda el lema de campaña de Ollanta Humala “la honestidad hace la diferencia” quedó desbaratado una vez más. El Congreso de la República va de mal en peor, cada día son más los legisladores pedidos por la Justicia, mientras tanto, los peruanos seguimos esperando la gran transformación del país, esperanza que se va diluyendo con escándalos que desacreditan al actual régimen.