LOS GOLPES DE LA NATURALEZA
El video del huaico que afectó Chosica, difundido a través de las redes sociales, puso una vez más en evidencia la situación indefensa del hombre frente a la naturaleza, que no cesa de "expresar su malestar" en respuesta a los múltiples daños que le ocasionan nuestras actividades cotidianas.
Años atrás, el INDECI convocó a profesionales de todos los gobiernos regionales para que participaran en un programa de capacitadores en Defensa Civil, el mismo que se llevó a cabo en una casa retiro ubicado a pocos minutos de Chosica.
El evento financiado por el PNUD duró 45 días, y sólo se permitía la salida los fines de semana. La gran mayoría visitaba Chosica, donde se podía disfrutar de los ricos dulces (arroz con leche, mazamorra, etc) que se expedían en las inmediaciones del parque principal que literalmente se convertía en feria cada domingo.
Desde el parque se divisaba las viviendas construidas en forma escalonadas por la caprichosa geografía de la zona, y las apasibles calles nos parecían tan familiares y acogedoras.
Lo más resaltante de este cálido distrito era la universidad "Enrique Guzmán y Valle" conocida como La Cantuta, la central hidroeléctrica y los centros recreacionales que ofrecían a sus visitantes diversión y buena comida.
Cada mañana, el tren de carga de minerales nos despertaba con su estridente ruido que con el tiempo se volvió familiar. Los habitantes contaban que en la época del terrorismo Chosica fue un bastión de los grupos alzados en armas, sin embargo, la paz y la armonía retornó con la pacificación del país en la década del 90.
Me apenó ver el desastre ocasionado por el deslizamiento de lodo y piedra frente a la impotencia de sus habitantes que poco o casi nada pudieron hacer para salvar sus pertenencias. Sólo se registró un fallecido, cifra que pudo ser mayor si el huaico hubiera ocurrido en la noche.
Situaciones como las vividas en Chosica nos hacen reflexionar, sin embargo, no bastan para corregir la ausencia de una cultura de prevención que es común casi en todos los peruanos. Los simulacros de sismo, terremoto, inundación, tsunami, entre otros, considerados como "ejercicios" o "preparaciones" para afrontar eventuales emergencias no son suficientes para enseñarnos que el peligro acecha y debemos estar siempre alertos.
Años atrás, el INDECI convocó a profesionales de todos los gobiernos regionales para que participaran en un programa de capacitadores en Defensa Civil, el mismo que se llevó a cabo en una casa retiro ubicado a pocos minutos de Chosica.
El evento financiado por el PNUD duró 45 días, y sólo se permitía la salida los fines de semana. La gran mayoría visitaba Chosica, donde se podía disfrutar de los ricos dulces (arroz con leche, mazamorra, etc) que se expedían en las inmediaciones del parque principal que literalmente se convertía en feria cada domingo.
Desde el parque se divisaba las viviendas construidas en forma escalonadas por la caprichosa geografía de la zona, y las apasibles calles nos parecían tan familiares y acogedoras.
Lo más resaltante de este cálido distrito era la universidad "Enrique Guzmán y Valle" conocida como La Cantuta, la central hidroeléctrica y los centros recreacionales que ofrecían a sus visitantes diversión y buena comida.
Cada mañana, el tren de carga de minerales nos despertaba con su estridente ruido que con el tiempo se volvió familiar. Los habitantes contaban que en la época del terrorismo Chosica fue un bastión de los grupos alzados en armas, sin embargo, la paz y la armonía retornó con la pacificación del país en la década del 90.
Me apenó ver el desastre ocasionado por el deslizamiento de lodo y piedra frente a la impotencia de sus habitantes que poco o casi nada pudieron hacer para salvar sus pertenencias. Sólo se registró un fallecido, cifra que pudo ser mayor si el huaico hubiera ocurrido en la noche.
Situaciones como las vividas en Chosica nos hacen reflexionar, sin embargo, no bastan para corregir la ausencia de una cultura de prevención que es común casi en todos los peruanos. Los simulacros de sismo, terremoto, inundación, tsunami, entre otros, considerados como "ejercicios" o "preparaciones" para afrontar eventuales emergencias no son suficientes para enseñarnos que el peligro acecha y debemos estar siempre alertos.
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