TOLEDO: DE PROFESIÓN MENTIROSO

Una mentira más que importa, parece ser la consigna del ex presidente de la República, Alejandro Toledo Manrique, quien se encuentra en una encrucijada por la compra de inmuebles a nombre de su suegra Eva Fernenbug.

El ex mandatario cada vez que abre la boca enrreda aún más su situación y acentúa la sospecha de la mal procedencia del dinero empleado para la citada transacción comercial. Toledo dijo en un inicio que los inmuebles fueron adquiridos con una indemnización que recibió Fernenbug como sobreviviente del holcausto Nazi, luego cambio la versión señalando que doña Eva accedió a un préstamo de Scotiabank teniendo como aval a su amigo el multimillonario, Josef Maiman, a quien calificó de "buen samaritano".

Lo más risible es que ambas versiones han sido corregidas por el aludido quien ha declarado ante las autoridades judiciales peruanas que el dinero es suyo y que la suegra del ex mandatario fue una "colaboradora".

No nos debería extrañar la actitud del ex jefe de Estado quien durante su mandato nos hizo cholitos, nos tomó el pelo y nos vendió muchos cuentos de hadas desde su procedencia humilde hasta su destacado paso por la prestigiosa universidad de Harvard. "De lustrabotas a presidente" fue la historia que pegó en el exterior. Algunos suspicaces se preguntaron qué zapatos lustró en Cabana donde la mayoría de sus habitantes usan llanques.

El caso más sonado con ribetes de escándalo fue sin duda el reclamo de paternidad protagonizado por su hija Zaraí. Negó en todos los idiomas que la menor fuera su vástaga producto de una relación extramatrimonial con doña Lucrecia Orozco, y al final, frente a la presión nacional, tuvo que aceptar su paternidad y registrarla sin someterse a la prueba de ADN.

Sus juergas en Punta Sal, viajes por el mundo en el avión parrandero, los delitos denunciados contra sus familiares cercanos (su sobrinísimo Koki Toledo por violación; su hermanísimo Pedro Toledo por tráfico de influencias; y su hermanísima Magarita Toledo por falsificación de firmas para la inscripción de su partido), su torrido romance con su escolta Lady Bardales, los exabruptos de la primera dama Elian Karp, el día perdido en el Hotel Melody, entre otras perlas, pusieron en jaque al ex jefe de Estado.

Como las mentiras tienen patas cortas, Alejandro Toledo, se despintó ante la opinión pública peruana. Atrás quedó la imagen de ejemplo de superación, de líder que derrotó al fujimontesinismo y de valiente ciudadano que con vincha en la frente presidió la marcha de los Cuatro Suyos para protestar contra el Gobierno de Alberto Fujimori.

Todo hace presagiar que al líder de la Chacana se le viene la noche, pues pese a que el Congreso insiste en blindarlo con el respaldo de las bancadas de Gana Perú y Perú Posible, la Fiscalía ha citado a la ex primera dama Elian Karp a declarar en torno a los bienes adquiridos por su madre.

Amén del chupo que reventó en torno al dinero donado por el senador Dominicano Felix Bautista para su campaña. Sobre este caso hay muchas preguntas que han quedado flotando en el aire.

Por lo pronto, con este nuevo escándalo, Toledo ha quedado chamuscado para tentar un segundo período como presidente del Perú, calzando como anillo al dedo el dicho que dice "no hay mal que por bien no venga". Lo bueno es que Toledo no estará en los próximos comicios, al menos eso suponemos.

Comentarios

  1. Considero que Toledo es un mitòmano que ha mezclado la polìtica con falsedades, razón por la cual està descalificado políticamente. Luis Soto.

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