PAPA FRANCISCO NOS DEVUELVE LA ESPERANZA


La sencillez, humildad y generosidad del Papa Francisco nos devuelve la esperanza y reivindica a la Iglesia Católica venida a menos por denuncias de pedofilia, corrupción y lujos que desdice mucho de lo que pregonó Jesús con su vida austera.

El Pontífice sudamericano tiene sobre sus hombros una gran responsabilidad que no pudo asumir su antecesor el Papa Benedicto quien no tuvo la fuerza, la energía y la voluntad para luchar contra los males que corroen por dentro a una de las instituciones más poderosas del mundo.

El Papa argentino estuvo en Brasil, muy cerca a casa. Nos hemos emocionado al verlo recorrer las calles en su papa móvil, y sobre todo, observar aquellos pequeños grandes detalles de amor hacia los niños, jóvenes y ancianos. Este Papa es singular y es nuestro, siendo un digno sucesor del siempre recordado Papa Peregrino, Juan Pablo II.

En su viaje a Brasil tuvo la generosidad de responder la pregunta de un intrépido periodista peruano quien se abrió paso entre la multitud para arrancarle un mensaje para el Perú: “Que Dios los bediga” fue su respuesta. No se esperaba menos de un Papa carismático, sincero y amable, que dejó los lujos para imprimir su sello de humildad.

Como no querer al primado de la Iglesia Católica quien en cada gesto nos demuestra que no es como aquellos que predican y no practican lo que dicen. El Papa Francisco protagonizó uno de los momentos más conmovedores de su viaje a Brasil. Las cámaras lo captaron llorando de emoción al recibir un tierno abrazo de un niño que salió al paso del Papamóvil mientras se dirigía al Palacio Arzobispal de Rio.

Se reunió con los jóvenes en la Playa de Copacabana trasmitiéndoles un mensaje de esperanza en tiempos violentos donde el sexo, la droga y la ambición dañán sus almas y sus cuerpos. Fue su primera visita oficial fuera de Roma y escogió a Sudamérica como el lugar para cumplir su labor pastoral. Gracias Papa Francisco por tus palabras, por tus acciones y por tu fortaleza para enfrentar a los enemigos que tanto daño le hacen a la Iglesia de Pedro.

A propósito de la esperanza que nos devuelve el Papa Francisco, cabe recordar que cuando Napaleón ingresó a Roma dijo que destruiría la Iglesia Católica y un viejito Cardenal se reía de tal pretensión. Napoleón le pidió una explicación, a lo que el anciano respondió “ni nosotros hemos podido destruirla con todos nuestros errores y antitestimonios... ni nosotros”.

Respuesta contundente, la Iglesia es más que aquellas lujosas paredes, la Iglesia es el templo de Dios donde le rendimos culto al Creador del Mundo, y así lo ha entendido Francisco, quien escogió el nombre más humilde para ejercer su apostolado como sucesor de Pedro. Gracias padre por tus acciones y bendiciones.

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