SENATI: INFRAESTRUCTURA FANTASMA
Diariamente rumbo a mi trabajo cruzo la vereda solitaria que colinda con el cerco perimétrico de este centro de adiestramiento en trabajo industrial para la formación de personal en mando medio.
Antes de la alerta sanitaria, el local tenía vida propia, jóvenes ataviados con su uniforme azul- celeste circulaban en todos los sentidos, subían y bajaban de las combis, caminaban presurosos temiendo perder alguna clase.
Sus gritos, risas y murmullos se escuchaban a lo lejos, desde tempranas horas y se prolongaba hasta la noche.
Eran presas fáciles de los cobradores de combis que los jaloneaban para llevarlos por las rutas Bolognesi o Modelo, sus bromas y palomilladas dentro de la movilidad, distraían a los pasajeros, mientras alguna estridente música chichera explotaba en los oídos de todos.
Ahora los pasillos lucen desolados, las veredas exteriores desérticas, el estacionamiento sin autos, motos y bicicletas; y la caseta de control de esta zona abandonada.
Cual película de terror donde una “guerra biológica” acabó con la humanidad, no hay sobrevivientes. La infraestructura se erige solitaria, triste y sin vida.
Mientras camino por la vereda que colinda con el cerco de la malla de fierro, diviso a través de la careta que cubre mi rostro, las máquinas paralizadas y pienso que la máquina sin hombre solo es máquina, estática y sin movimiento.
Paradógicamente aún sobrevive una gigantografía con la frase: “La tecnología no se detiene, nosotros tampoco”.
El mismo panorama debe advertirse en las instituciones educativas, institutos y universidades públicas y privadas cerradas por la pandemia del Covid 19.
A ocho meses de la crisis sanitaria, la enseñanza bajo la modalidad remota sigue vigente, con la expectativa que el próximo año los estudiantes vuelvan a las aulas y lleven vida a las infraestructuras educativas.
La pandemia impactó de manera especial en el sector Educación.
Senati es solo el botón de muestra de las consecuencias nocivas de un virus que aún nos acecha peligrosamente, sin tregua y sin piedad.
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