Recordando a Miguel Ángel Díaz: el artista que esculpió Las Musas y el Cristo Redentor de Chiclayo


Compartía nombre con el célebre Miguel Ángel Buonarroti, el genio del Renacimiento inmortalizado por obras como El David, La Piedad o los majestuosos frescos de la Capilla Sixtina. Pero este Miguel Ángel era nuestro. Peruano, oriundo de Celendín, Cajamarca, y con un talento igualmente prodigioso en las manos, nos dejó dos de los más entrañables símbolos de la ciudad de Chiclayo: el Paseo Las Musas y el imponente Cristo Redentor.
Tuve el privilegio de conocer a Miguel Ángel Díaz Dávila cuando aún moldeaba con dedicación y paciencia las esculturas del Paseo Las Musas, ubicado en la urbanización Santa Victoria. Era un hombre sencillo, amable y de gran talento. En una ocasión, incluso se dio el tiempo de visitar la redacción del diario Correo de Chiclayo, donde yo trabajaba como redactora, para ofrecernos una entrevista y compartir el avance de su obra.



El exalcalde de Chiclayo, Arturo Castillo, fue quien impulsó la creación de este espacio emblemático, inspirado durante una visita al Palacio de Versalles, en Francia. En conversación reciente, lo recordó con afecto y admiración, describiéndolo como un ser excepcional, movido por la pasión por el arte más que por el dinero.
Además del conjunto escultórico de Las Musas, Miguel Ángel es el autor del Cristo Redentor de 20 metros de altura, ubicado entre los pueblos jóvenes Simón Bolívar y Cruz de la Esperanza. Muchos vecinos de las urbanizaciones Quiñones y Remigio Silva recuerdan este lugar como un destino ideal para correr, respirar aire puro y contemplar la ciudad desde lo alto, rodeados por campos de cultivo. Con el paso del tiempo, el paisaje cambió, transformándose de rural a urbano debido al crecimiento de la ciudad.



Don Arturo se conmueve al recordar que Miguel Ángel partió en el año 2020, víctima de la pandemia del COVID-19. “Fue un buen ser humano y un artista aún mejor”, me confesó con tristeza. En redes sociales, su partida fue sentida profundamente por la comunidad, que lo despidió con mensajes cargados de gratitud y cariño, imaginándolo ahora esculpiendo en un cielo más sereno.
Si alguna vez visitas el Paseo Las Musas, detente a observar cada una de las esculturas. Verás inscritas las iniciales MADD, testimonio silencioso de su legado eterno. Gracias, Miguel Ángel, por embellecer la Ciudad de la Amistad con tu arte. Elevamos en tu memoria un ramo de claveles al cielo.

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