UNA DERROTA MÁS QUE IMPORTA

"Jugamos como nunca y perdimos como siempre" frase que usualmente escuchamos decir para justificar una derrota más de la selección peruana en la clasificación para el Mundial de Fútbol que tendrá por anfitrió al país Carioca. Y es que la ilusión casi siempre nos dura muy poco, luego de ganar a Paraguay, los muchachos que sudan la blanquiroja fueron proclamados "héroes " por la hinchada que no se resignan a quedarnos fuera del mundial "vestidos y alborotados" y con los "crespos hechos". El partido de martes último no fue fácil. Se tuvo que lidiar hasta con el árbitro boliviano que a todas luces favoreció al equipo chileno. Si bien hay mucho pan por rebanar en esta fase eliminatoria, debemos tomar los triunfos y derrotas con calma, sin apasionamiento, pues si bien en cada encuentro fulbolítico hay un ganador y un perdedor no podemos perder de vista el propósito de estas contiendas que sólo buscan ofrecer un buen espectáculo para distracción y deleite de la platea. En buen cristiano, no hagamos de este deporte una cuestión de estado, una situación de vida o muerte, ni mucho menos hagamos una tragedia. Tras la derrota los principales medios titularon: "mala suerte", "malditos palos", "la juerga fue para allá", "cayó luchando", "jugamos bien, pero no bastó para ganar", "sobró actitud, faltó suerte", etc. Esto es sólo el comienzo del largo camino hacia el mundial, donde sin duda habrán altibajos, por lo que es recomendable tomarlo con buen humor.