Ojito Ve

Mi hija Luciana de sólo dos años es fans de los Parchis ochenteros que desataron todo un furor en aquella década. He bajado gran parte de los videos de Youtube con las canciones que hicieron popular a este quinteto español que visitó en varias ocasiones el Perú. Como no recordar a Tino, Yolanda, Gemma, David y Frank, aquellos niños que luego se convirtieron en adolescentes cantando y bailan “Don Diablo”, “Hola Amigos”, “Fin de Curso”, “Comando G”, “La guerra de los Planetas”, “La Magia del Circo”, “Corazón de plomo”, “Tu nombre” y “Marchate ya”. Los Parchis cuyos integrantes representaban las fichas del popular juego de “ludo” hicieron historia y desaparecieron sin despedirse dejando una gran nostalgia en sus seguidores. Hoy, con Luciana, que me pide ver a los “chis” (en su media lengua) he vuelto a reencontrarme con los inolvidables españolitos que me dejaron felices y gratos recuerdos.

Hace unos días una escena me conmovió hasta las lágrimas. Una madre con las piernas destrozada se arrastraba de dolor al ver a su hija de sólo 5 años muerta en el pavimento en medio de un charco de sangre. La causa, la imprudencia de un chofer criminal que corría por ganar pasajeros. Pocos días después la madre de Sarita dejó de existir por las graves heridas que sufrió en este aparatoso accidente que conmocionó al país. La pregunta cae de madura ¿hasta cuándo las pistas seguirán tiñéndose de sangre por la irresponsabilidad de los choferes de transporte público?. Este tipo de noticias aparecen casi a diario en los noticieros ante la indiferencia, inclusive de los mismos pasajeros que callan y no protestan cuando los transportistas “corren” sin medir las consecuencias sólo por ganar algunos soles más. En nosotros está ponerles el “pare” para no convertirnos en cómplices de estos “asesinos” en potencia. Descansa en paz Sarita junto a tu santa madre que prefirió acompañarte hasta el más a

En cada proceso electoral, las paredes de nuestra ciudad son las que terminan pagando pato. Son pintarrajeadas con los más variados colores, símbolos y slogan de los candidatos que no encuentran mejor ventana que las pobres paredes para promocionar sus candidaturas. Durante las elecciones regionales y municipales ninguna pared se salvó de ser pintada, y ahora que se avecinan las elecciones presidenciales nuevamente vienen siendo pintarrajeadas con los nombres de los candidatos presidenciales. Debería haber una prohibición municipal que evite su uso y abuso pues finalmente terminan siendo la “cara” de una ciudad. Lo peor es que concluidas las elecciones los candidatos no se toman ni siquiera la molestia de borrar las inscripciones y quedan así hasta los próximos comicios. En este mundo globalizado los candidatos deberían utilizar medios más modernos para promocionarse, dejando respirar a las pobres paredes, que pintadas de múltiples colores desfiguran la imagen de una ciudad.

Se acerca la Navidad. Las luces, árboles decorados, papá noeles, juguetes, adornos y los deliciosos panetones abarrotan los centros comerciales, donde la gente va y viene, con coches llenos de productos y los bolsillos vacíos. Los trabajadores reciben sus canastas y pavos, para la gran comilona de nochebuena, y la televisión te atiborra de ofertas navideñas y cierra puertas que te ofrecen el oro y el moro con tal de engancharte con la adquisición de algún producto, a veces innecesario. Las chocolatadas y show infantiles, se dan por doquier. Y la gran pregunta en toda esta vorágine de acciones es dónde está Jesús, el homenajeado de esta fecha de celebración universal. Tal vez está en algún rinconcito esperando que nos acordemos de él, que elevemos una oración en su nombre o que socorramos a alguien que estos momentos atraviesa por una gran necesidad. En esta Navidad, hagamos algo diferente, que nos permita poner a Jesús en el centro de la celebración.

Este sábado último mi padre sintonizaba en la televisión una corrida de toros transmitida en directo desde la plaza de México, una de las más importantes de ese país. En aquella jornada ocho toros de raza iban a ser “sacrificados” en un ritual cruel, doloroso y de muerte inminente. No me explico cómo un hecho tan sangriento puede ser un espectáculo en el que el público aviva, aplaude y hasta premia a los toreros que se convierten en verdugos de estos pobres animales que terminan literalmente abatidos en la arena. Sin duda las corridas de toros son una diversión cruel, pues no es nada humano ver a un animal moribundo, babeando y con el espinazo sangrando, que responde torpemente a la provocación de una capa roja, meneada victoriosamente por un sujeto de traje brilloso con licencia para clavarle una espada certera en el lomo que acabará con su miserable existencia. Y luego nos quejamos de tanta violencia y crueldad, cuando somos nosotros – los seres humanos- los que avivamos tremendo

Esta fiesta religiosa frecuentemente es asociada a las primeras comuniones de los niños y niñas que se preparan durante todo el año para recibir a Cristo Vivo en la Eucaristía. Vestidos blancos, coronas, cirios, entre otros símbolos de pureza son lo común en el recibimiento de uno de los sacramentos más importantes como la Comunión. Además, relaciono esta fecha con la festividad de mi colegio primario que acogió a la Inmaculada Concepción como su santa patrona. A la efigie de la Virgen María la cobijaba una modesta gruta tan modesta como la escuela estatal 49 de la ciudad fronteriza de San Ignacio. Mis compañeros, la mayoría del área rural usaban llanques y el tradicional uniforme gris que se ha ido extinguiendo con el tiempo. Las aulas altas de adobe y los patios polvorosos, contrastaban con los altos y olorosos eucaliptos que abundaban en el patio principal. Los banderines multicolores enmarcaban la fiesta de la Inmaculada Concepción. Amén de las actuaciones, procesiones y bailes en

Los medios de comunicación nacional ignoraron, por decir, lo menos, las elecciones en provincias que fueron a la segunda vuelta para elegir a sus nuevos presidentes regionales. El centralismo sigue asfixiando a los peruanos, desde cualquier punto de vista. Lima metropolitana sigue siendo el Perú, puesto que para los medios limeños, ni Lima Provincias – que también ayer eligió a su presidente regional – mereció ni una pequeña cobertura en directo. Los que quisimos conocer los resultados a “boca de urna” no tuvimos más remedio que recurrir a las redes sociales. Lo que sí acaparó los espacios de los programas dominicales fue el acto demencial del secuestrador de un banco en Gamarra. Una mirada hacia el interior del país no les haría nada mal a los colegas limeños, que en primera vuelta nos asfixiaron con la excesiva cobertura a las candidatas a la alcaldía de Lima. La descentralización, señores periodistas, no se pregona, sino se practica. Y por supuesto empieza por casa.

Realmente era una admiradora de Jaime Bayly, no por sus novelas, sino por esa cualidad innata que tiene para divertir al público en sus entrevistas televisivas. Medio en broma y medio en serio, hacía que el público se divirtiera con sus ocurrencias e irreverencias. Lo más admirable era aquel cariño que decía profesar a sus hijas y ex esposa. En uno de los tantos comentarios que recuerdo, dijo alguna vez: “yo sólo soy monigote de mis hijas y de Sandrita”. Ahora el señor Bayly, utiliza su columna en el diario 21 para ventilar sus problemas personales y con puntos y comas reproduce las broncas con su ex esposa e hijas. Que mal, pero que mal está quedando Bayly, quien ya está bien viejito como para comportarse con un adolescente enamorado a quien le impiden tener un idilio con su primer amor. Ojalá que este culebrón termine por el bien de las dos jóvenes que deben estar pasando el roche de su vida por la irresponsabilidad de su padre. Jaimito te hace falta un buen jalón de orejas de tu sa