EL ANGEL DEL PENAL DE PICSI


Desde niña a escondidas de su madre ayudaba a los presos llevándoles comida - en ese entonces el establecimiento penal quedaba en pleno centro de la ciudad-, esta costumbre se extendió a lo largo de los años, y ahora, ni los achaques de la senectud le impiden seguir cumpliendo con aquellos seres humanos, que por diferentes razones, equivocaron el camino.
Se llama Genara Zuñe Vda. de Risco, para sus amigos “doña Genarita”. Con ella conocí por primera vez el temible penal de Picsi. Me invitó a una jornada de oración con los internos. Con mucho temor acepté la comisión del diario donde entonces laboraba, y enrumbamos al distrito de Picsi, hacia donde años después fue trasladado el recinto carcelario. Luego de la exhaustiva revisión policial, ingresamos a un humilde ambiente techado con esteras. Un crucifijo, una biblia y una ramo de flores resaltaban en el ambiente. Los internos fueron llegando uno a uno, saludando en forma respetuosa. Algunos tenían rosarios fosforescentes en el pecho. Empezó la jornada de oración y se unieron en una mar de rezos y cánticos de alabanzas a Dios....”una mirada de Dios, una mirada de Dios, es la que puede salvar al pecador...” retumbaba en las cuatro paredes. Después de los rezos compartimos un modesto plato de comida. Había conocido la otra cara del penal de Picsi, aquel lado espiritual, que muchos desconocen. Se habla de hacinamiento, corrupcción, malos tratos e injusticias en los penales, pero casi nunca, de las conversiones de los “irrecuperables”. Salí del penal fortalecida pensando que no todo está perdido, que existen personas como “mamá” Genarita – como la llaman los internos- que vuelven la mirada hacia otros seres humanos con capacidad de amar y perdonar. Regresé muchas veces más; y muchos fueron los reportajes que de allí surgieron, pero siempre quedé en deuda con el ángel de los presos, a quien nunca dediqué uno en especial. Doña Genarita sufre y ríe con cada historia de sus “hijitos” como los llama a los presos. Los alberga en su casa, les da comida y hasta el pasaje para retornar a su lugar de origen. Es su amiga y confidente, pero sobre todo es su “madre adoptiva”. Con estas líneas sobre el Angel de los Presos espero resarcir la imperdonable omisión de no dedicarle un reportaje especial.

Comentarios

  1. Un merecido reconocimiento!
    El amor nunca se acaba y si es para repartirlo menos aún. Es así como un grupo de mujeres con la Sra. Genarita como ejemplo asiste religiosamente los días martes al penal de penal de Picsi para visitar a nuestros hermanos internos . Labor incasable a pesar de los años. La Sra. Teresa Maco de Ballesteros, la Sra. Maruja Urbina de Rodriguez y Nataly Tarrillo Saavedra son soldaditos que llevan amor y esperanza. Que su labor perdure por siempre a favor de aquellos que más lo necesitan. Adelante con el trabajo !! “La mies es mucha, los obreros pocos”.

    Verónica Ly Malca Silva.

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