UNA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL


Un paso histórico se dio en el proyecto Olmos. El pasado 20 de diciembre la poderosa TBM perforó el último tramo del Túnel Trasandino, de 19 kilómetros, considerado el componente más crítico por la magnitud de los trabajos realizados al interior de la cordillera. Después de 86 años, por fin se vio la luz al final del túnel por donde serán trasvasadas las aguas de la vertiente del Atlántico para irrigar las tierras eriazas de Olmos. Aún recuerdo la primera vez que visité el proyecto en el campamento occidente donde sólo había el famoso ducto con su equipo de ventilación y un reducido campamento. Era la época en la que el cuzqueño Ing. Servio Cereda jefaturaba el ahora PEOT. En aquel tiempo la pretensión de reducir el diámetro del túnel por el INADE puso en peligro el diseño original. Nunca antes vi una paralización tan contundente en defensa del anhelo lambayecano. Chiclayo paralizó 48 horas. Las tiendas cerraron y se restringió el transporte de servicio público. Miles de lambayecanos salieron a las calles a protestar por este atentado. El Gobierno no tuvo más remedio que dar marcha atrás y dejar el diámetro del túnel en 4.8 metros. Años más tarde, fue el presidente Yehude Simon quien lideró su ejecución. Su primer decreto como autoridad regional fue a favor del anhelo de los lambayecanos y encargó a Pro Inversión su promoción. La tenacidad del mandatario regional hizo que el presidente Alejandro Toledo se la jugara por Olmos. En contra de los funcionarios del mismo Ministerio de Economía y Finanzas que consideraban que el proyecto no era viable por la gran inversión que demandaba, Toledo tuvo la voluntad política para decidir que el Proyecto iba. Es así que dado el alto costo, fue divido en fases. La primera comprende las obras de trasvase, represa Limón y Túnel Trasandino. La concesión la obtuvo Odebretch. Aquellos ductos solitario de ambos frentes empezaron a tener compañía. Un movimiento inusual comenzó a observarse tanto en Oriente como Occidente. En menos del tiempo previsto la presa Limón fue culminada. No obstante, la perforación del Túnel Trasandino demoró mucho más por los 15 mil estallidos de roca que se registraron en su construcción. El proyecto ha tenido innumerables problemas que sortear desde derrumbes hasta reubicación de familias. Ni que decir de la necesidad de cambiar el curso del oleoducto Nor Peruano y los enemigos del proyecto que van poniendo piedras en el camino. Con el presidente Humberto Acuña se afrontó una de las más grandes crisis que motivó incluso la paralización de las obras. Después de arribar a un entendimiento con la concesionaria, llegó al gran día: la culminación del Túnel. Los obreros salieron desde el “topo” con una bandera peruana en señal de victoria y se la entregaron al Presidente Humala. Se dio un paso histórico. Se calcula que el próximo año estaría pasando las primeras aguas de una vertiente a otra. En tanto prosigue la subasta de las tierras para financiar las obras de irrigación. Ojalá y pronto veamos verdear los campos eriazos de Olmos y por fin Lambayeque logre convertirse en un gran polo agroexportador.

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