LA JUSTICIA EN NUESTRAS MANOS


Los sonados casos del joven estudiante Gastón Mansilla Yupanqui y del empresario Luis Miguel Llanos Carrillo quienes en diferentes circunstancias mataron a delincuentes para defenderse de sus ataques, han puesto en el tapete una vez más la inseguridad y violencia extrema que se vive en el Perú. Nadie tiene derecho a quitarle la vida a nadie, sin embargo cuando se trata de legítima defensa la ley tiene un tratamiento especial.
Mansilla Yupanqui, un alumno destacado de la Universidad Federico Villareal, de la noche a la mañana se convirtió en asesino de un delincuente cuando trató de defender a otras personas que eran víctimas de un asalto.
En tanto, Llanos Carrillo, mató a dos sujetos al frente de su vivienda cuando éstos atacaban a su enamorada que lo esperaba en su auto. ¿Qué está pasando en el país?. Son hechos circunstanciales o indicadores que advierten que el sistema de seguridad se debilita cada vez más, temiéndose que lleguemos al caos, desorden y desgobierno. Ahora la población civil tendrá que tomar la justicia con sus manos, portar armas y disparar a mansalva cuando sea agredida por algún desadaptado social. ¿Y dónde están las estrategias, planes y acciones de represión del Gobierno frente a la ola delincuencial que azota al Perú?. Las medidas radicales que se anunciaron al inicio del mandato del presidente Ollanta Humala han quedado en discursos y buenas intenciones, mientras la ciudadanía sigue a merced de los malhechores. Después de estos dos casos que más tendría que ocurrir para que los responsables de restablecer la seguridad, el orden y la convivencia pacífica en una Nación actúen. Ojalá que despierten de su modorra por el bien de todos los peruanos que sólo ansiamos tener un poco de paz y seguridad.

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