LOS DESAPARECIDOS




Entre las tantas historias que escuché contar a mi padre, que dicho sea de paso, es un campeón narrando anecdotas, una me conmovió en particular. Su primo Justo Flores Sueldo desapareció cuando sólo tenía 8 años. Con la anuencia de sus padres, un tío lo llevó de vacaciones pero en el trayecto el pequeño se desanimó y pidió retornar a casa. El tío lo embarcó en el tranvía que lo conduciría a su domicilio, sin embargo nunca llegó a su destino. Cuando pasó el período vacacional un telegrama demandando su retorno recién puso en evidencia su desaparición. A partir de allí se inició una infructuosa búsqueda. Lo cierto es que nunca más volvieron a tener noticias de su paradero. Sus padres llevaron hasta su tumba la incertidumbre de no saber qué pasó con su menor hijo. Si Justo viviera hoy tendría cerca de 80 años. Tal vez estaría rodeado de sus hijos y sus nietos, en algún lugar del Cuzco, su tierra natal. Como él cientos de miles de peruanos han desaparecido sin dejar rastro.
En el Perú, a través de Ley 28022 se creó el Registro Nacional de Información de Personas Desaparecidas. La página Peruanos Desaparecidos www.peruanosdesaparecidos.org está a cargo de la División de Investigaciones de Personas Desaparecidas de la PNP, la misma que registra todas las denuncias hechas y recibidas en cualquier comisaría o división policial.
Se considera que muchas de las personas desaparecidas pueden ser potenciales víctimas de explotación. Por ello, el Estado no debe descuidar su búsqueda, pues a través de ésta se puede descubir y desarticular redes de tratantes de personas.
En el año 2011, se registró 810 denuncias por la desaparición de personas en nuestro país, de las cuales 254 fueron resueltas.
Del total de denuncias, 392 pertenecen a menores de 18 años de edad.
A diferencia de la época en que se perdió Justo, hoy existen muchos más medios para rastrear a un desaparecido, sin embargo los peligros de la calle son mayores.
El número de desaparecidos en guerras o conflictos internos suele ser más elevado. En el Perú, existen alrededor de 15 mil personas en esa inaceptable situación, a causa del terrorismo que azotó nuestro país en la década de los 80 y 90. En las dictaduras militares las cifras pueden aumentar significativamente. Sin duda la angustia, zozobra y dolor de las personas que tienen un familiar desaparecido es indescriptible. Cómo obtener consuelo, cuando no sabes si tu ser querido está bien o mal, si tiene sed, hambre o frío. La única ventaja es que abrigas la esperanza de verlo algún día.
Sin ir muy lejos, la familia del mayor PNP, Felipe Bazán desaparecido en el "baguazo" aún no encuentra consuelo. Con seguridad su esposa e hijos no tendrán paz hasta saber qué pasó con el oficial de la Policía que, por cierto, el Estado no debe olvidarlo porque estaba cumpliendo una misión de sus superiores. Rubén Blades, como un homenaje a las personas desaparecidas en las dictaduras de centroamérica escribió la salsa "Desaparecidos". Aquí el estribillo de esta pieza musical tocada en rock por el Grupo Mana:
¿Adónde van los desaparecidos?
Busca en el agua y en los matorrales.
¿Y por qué es que se desaparecen?
Porque no todos somos iguales"
¿Y cuándo vuelve el desaparecido?
Cada vez que los trae el pensamiento.
¿Cómo se le habla al desaparecido?
Con la emoción apretando por dentro.

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