LA CAPTURA DE GUZMAN Y LA MEZQUINDAD DE OLLANTA


Han transcurrido 20 años desde la captura del terrorista más buscado del país: Abimael Guzman, aquel profesor de filosofía de la Universidad San Cristobal de Huamanga de Ayacucho que se levantó en armas enarbolando la bandera de Sendero Luminoso que tenía como emblema la hoz y el martillo.

Este individuo convenció a cientos de miles de peruanos que la lucha armada era la única manera de acabar con las "injusticias sociales", sembrando terror y muerte en el área rural y posteriormente en la capital donde fue capturado gozando del confort de la vida burguesa que según él "detestaba".

El autodenominado "Presidente Gonzalo" por más de una década puso en zozobra al país y se convirtió en un mítico personaje hasta su caída en una empecable operación del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) de la Policía Nacional.

Los que sobrepasamos las cuatro décadas recordamos aquella época de terror: apagones, cochebombas, asesinatos, detenidos con trajes a rayas gritando arengas a favor de su "partido", paredes pintarrajeadas con la hoz y el martillo, tribunales sin rostros, masacres colectivas, etc.

Los jóvenes de hoy desconocen aquel pasado de horror. Cuando comenté a mi hijo Bruno estudiante del primer ciclo de Derecho que los acusados por terrorismo fueron juzgados en tribunales sin rostros, cuya identidad fue protegida en el proceso de juzgamiento, con espejos y voces distorsionadas, le pareció una historia inverosímil.

Más inverosímil la resultó saber que las universidades fueron literalmente tomadas por los subversivos y que uno de nuestros vecinos, el arquitecto Inchaústegui, amigo de infancia de sus tíos, cuyo rastro fue perdido cuando ingresó a estudiar a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, fue capturado el 12 de setiembre de 1992, junto a Abimael Guzman, formando parte de la cúpula senderista.

Aquella es una época para no olvidar. El Gobierno debería instaurar un acto conmemorativo cada 12 de setiembre para que el triunfo de la democracia sobre el terrorismo perdure por siempre.

Con motivo de los 20 años de la Captura del Siglo, 82 agentes del GEIN fueron homenajeados por el Congreso de la República y la Policía Nacional con la notable ausencia del Mandatario Ollanta Humala.
 
En este 12 de setiembre, el Jefe de Estado sólo se limitó a criticar al Gobierno de Fujimori por el aprovechamiento político que le dio a la captura de Guzman, cuando su gobierno ha sido incapaz de iniciar una verdadera lucha contra la subversión en el VRAE donde con frecuencia sufrimos bajas militares y policiales.

Lo cierto es que en la lucha contra el terrorismo, el Presidente Ollanta Humala no da una. Recordemos algunos episodios de ripley. Meses atrás, se habló del rescate de trabajadores de Camisea secuestrados por terroristas cuando se trató de una liberación. Se habló de una operación impecable cuando hubo lamentables bajas y dos soldados abandonados a su suerte, uno de los cuales logró sobrevivir por medios propios y el cadáver del segundo fue rescatado por su propio padre.

Hace sólo unos días se habló de la captura de un mando senderista "Camarada William" cuando no lo era. Se habló del rescate de niños secuestrados por Sendero cuando no se hallaban en tal situación.

Cuántas verdades y cuántas mentiras se han dicho en torno a la lucha contrasubversiva, cuánta incapacidad y metidas de pata se han cometido en lo que va de su Gobierno.

Nos apena la mezquindad y la soberbia del Mandatario quien es incapaz de aprender lo bueno del pasado y rediseñar su política antiterrorista en el VRAE donde por cierto Sendero ha mudado su vieja piel asociándose al narcotráfico.

Ojalá que el Gobierno deje de hacer tantos papelones públicos y que con la gran ventaja de tener un presidente de la Nación que combatió al terrorismo cuando vestía el uniforme militar, inicie una tenaz lucha contrasubversiva para terminar de una vez por todas con aquellas huestes que aún están vivitas y coleando en el convulsionado VRAE.


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