HIJAS QUE MATAN


Giuliana, Eva y Elita, son tres jóvenes peruanas que tienen una historia en común. Las tres fueron encontradas responsables del asesinato de sus progenitoras, hechos acaecidos en diferentes años y circunstancias.

Sus juicios han sido los más sonados, saturaron los medios de comunicación y captaron hasta la atención mundial, porque nadie en su sano juicio puede entender porqué una hija decide acabar con la vida de su madre.

Las tres matricidas, provenienen de familias adineradas, pasaron de la comodidad de su hogar a vivir una cruda realidad en las hacinadas celdas que ofrece el sistema carcelario.

Las historias de violencia, sangre y horror causaron conmoción no sólo por la crueldad con que actuaron sino por los móviles que las llevaron acabar con la persona que paradógicamente les dio la vida.

Giuliana Llamoja sorprendió al país con la noticia del asesinato de su madre tras asestarle 65 cuchilladas en una lucha cuerpo a cuerpo producto de una discusión familiar.

Elita Espino fue considerada co autora de la muerta de su madre, una reconocida notaria asesinada en su departamento por el enamorado de su hija.

Eva Bracamonte, fue condenada por ser la autora intelectual del crimen de la empresaria Miriam Fefer quien pereció en manos de un sicario colombiano cuando se encontraba descansando en su dormitorio.

Es difícil saber qué fuerza tan poderosa puede borrar el gran amor del binomio madre- hijo (a) que se forja desde el vientre materno y se fortalece en los primeros años con la lactancia. Muchos afirman que el cordón umbilical, entre ambos seres, nunca se rompe.

Sin embargo, llama a la reflexión hechos como las tres historias narradas cuyas protagonistas quedaron marcadas de por vida por haber arrebatado la vida del ser más importante de la tierra a quien debieron amar, respetar y cuidar.

No sólo transgredieron las leyes naturale sino que hicieron tabla raza del cuarto y quinto mandamiento: "honrarás a tu padre y a tu madre" y "no matarás".


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