VOLVIENDO LA MIRADA A KAÑARIS

Si no fuera por el  conflicto entre los comuneros y la empresa minera canadiense Candente Copper que busca explotar cobre en uno de los yacimientos más ricos del país, el distrito altoandino de Kañaris hubiera pasado desapercibido para la representación limeña distraía en la campaña del SI y el No por la revocatoria de la alcaldesa Susana Villarán.

La protesta de los pobladores ha motivado que la PCM volteé la mirada a uno de los distritos más pobres del país, cuyos niños y mujeres tienen un alto índice de desnutrición, carecen de servicios básicos y subsisten con una incipiente agricultura y ganadería de autoconsumo.

La miseria y el olvido han mellado en las raíces de un pueblo que se resiste al paso del tiempo y la modernidad, conservando intacto su idioma quechua, vestimentas típicas y costumbres ancestrales imposible de no ser captadas en las cámaras fotográficas de sus eventuales visitantes.  

El analfabetismo, el alcohol y el machismo, acentúan las brechas y traban las buenas intenciones de los gobiernos locales y regional que pese a concentrar recursos hacia esta zona y su vecino distrito de Inkawasi, no han logrado solucionar sus principales problemas sea porque desde un escritorio no se puede orientar el desarrollo ignorando su idiosincrasia o sea por falta de voluntad de los lugareños acostumbrados al paternalismo.

Tras el levantamiento de los comuneros que se oponen al Proyecto Minero Cañariaco, el Gobierno Nacional instaló una mesa de diálogo por el desarrollo de Kañaris, añadiendo a Inkawasi y Salas, dentro de la promesa de una atención prioritaria.

Este repentino interés del Gobierno Central en solucionar los problemas ancestrales de los tres distritos lambayecanos considerados de pobreza extrema, ojalá no se apague si los lugareños optan por negar la licencia social para la explotación de sus recursos naturales. Parafraseando a don Antonio Raimondi,  Kañaris es un Mendigo sentado en un banco de oro.

Una vez más se critica la falta de táctica de las mineras para llegar a la población explicándoles con tino y decencia  los pro y los contra de una minería responsable. Porqué si en países europeos la minería y la agricultura coexisten, en el Perú no puede lograrse este milagro. 

Las proyecciones macroeconómicas de los próximos 3 años se sustentan en la minería. Qué pasará con dichos cálculos si una vez más se cae un proyecto minero en el país. De seguro, prometerán el oro y el moro, por lo pronto hay conflicto para rato, sólo esperamos que la decisión que tomen los kañarienses sea la más favorable para las actuales y futuras generaciones.