DE MARRIPÓN A LA NASA
Llegó
con varias horas de retraso. Los estudiantes de la USAT la esperaban
en el auditorio del octavo piso del edificio Juan Pablo II, querían
escuchar de cerca la increíble historia de Irma Araceli Quispe, la
joven procedente del lejano caserío de Marripón en Motupe que labora en la Agencia Nacional Espacial de los Estados Unidos (NASA).
¿Alguna
vez te imaginaste llegar a dónde estas? Fue la pregunta de rigor
del auditorio. Ella respondió con seguridad y sin titubeo: “Si”.
Se escucharon murmullos y cuchicheos. “Luché mucho para llegar a
donde estoy. Toque puertas, algunas se abrieron otras no”.
Irma
Aracely Quispe, vestía un traje rojo y notables joyas doradas. Llegó
acompañada de sus padres, abuela, hermanas y primas. Una de ellas
estudiaba en la USAT. Antes de su breve disertación las presentó
con orgullo y gratitud.
Pidió
disculpas por la tardanza. El traslado de la Cruz de Motupe hacia
Monsefú dificultó su viaje. Empezó relatando su vida
estudiantil. Fue una deportista excepcional. Llegó a obtener 16
medallas en campeonatos nacionales e internacionales. Irma afirmó
que el deporte le abrió muchas puertas.
Machacó
hasta el cansancio que se puede lograr muchas cosas con
voluntad y perseverancia. Que su llegada a la NASA no fue casualidad.
Primero tuvo que vencer la dificultad del idioma, luego estudió
Ingeniera de Vuelos y Operaciones en el Espacio e Ingeniera
Astronáutica.
Mostró
orgullosa las fotos donde se le aprecia en su centro de labores.
Reveló que forma parte del equipo de ingenieros de la misión Lunar
Reconnaissance Orbiter (LRO) en el centro de vuelos espaciales
GODDARD en Maryland USA. Indicó que este satélite viene recogiendo
toda la información para el futuro retorno del hombre a la luna.
¿Porqué exploramos el espacio? Fue otras de las preguntas que
surgió en el auditorio. Ella respondió “porque la tierra se
deteriora cada vez más y es necesario explorar otras posibilidades
de vida afuera”.
Quispe
también señaló que su trabajo de tesis de maestría ha sido
dedicado a un estudio de investigación sobre la desglaciación del
nevado Quelccaya en el Cusco. Dijo que planea publicar un libro
acerca de su vida, intensificar sus conferencias para que más
jóvenes se motiven y seguir haciendo estudios científicos en el
Perú relacionado a los glaciales. ¿Ingresarías en política?.
Jamás, eso no es lo mío, yo quiero servir desde el ámbito
científico, aclaró.
Su
conferencia fue escueta pero contundente. Los estudiantes de la USAT
quedaron con el mensaje que nada es imposible cuando hay metas bien
definidas y se lucha por éstas. Irma Quispe, se despidió de los
jóvenes con fotos del recuerdo. Al día siguiente retornó a los
EEUU a continuar con su labor científica en la NASA. Sin duda una
historia digna de imitar y admirar.
Comentarios
Publicar un comentario