COLECCIONISTA DE JOYAS HISTÓRICAS (IN MEMORIAM)


Don Luis Soto Sueldo, cesante municipal, es un coleccionista nato, que ha compilado dos enciclopedias históricas rescatadas de los fauces de los depredadores de la cultura situados en los lugares menos imaginados.

Se trata del libro del año Barsa que data de 1960 y la enciclopedia Los Toros de 1952, diccionario de 1,008 páginas que desde la A hasta la Z consigna los nombres de los toreros de la Peninzula Ibérica.

El aficionado narra que el libro de Barsa lo encontró a inmediciones del mercado Modelo de Chiclayo, para ser mas exactos en el lugar denominado Cachina donde literalmente le arrebató de las manos a un vendedor de pescado con cuyas hojas pretendía envolver las especies hidrobiológicas.

"Divise a golpe de ojo las ilustraciones y de inmediato supe que se trataba de una colección de relevancia", cuenta don Luis al recordar el día que halló esta valiosa joya histórica, por el cual pagó la suma de un sol.

Don Lucho, arequipeño de nacimiento pero cuzqueño de corazón, adquirió el libro sin pensarlo dos veces, lo llevó a casa y empezó a limpiarlo de las impurezas acumuladas durante años de olvido e indiferencia. Luego uno de sus nietos lo mandó a empastar.

El libro del año Barsa, es un anuario ilustrado de los principales acontecimientos ocurridos en el mundo en el año 1959 dirigido a la comunidad iberoamericana. Fue publicado por la Editorial Barsa Company, en Los Ángeles California, Estados Unidos.

Dicha joya histórica es de nivel, su pasta y páginas son de fina calidad, que cualquier amante de la lectura quisiera tenerlo en su biblioteca. Don Lucho debe ser uno de los pocos hombres de esta ciudad que cuenta con textos bibliográficos extraídos de los pasillos de un mercado.

Según el prólogo se trataba de la primera edición de esta colección elaborado para el hogar y no para escuelas públicas o bibliotecas. Reunía información para toda la familia. En este calendario de sucesos, se consignaba la difícil situación económica por la que atravesaba el Perú. El presidente Prado había nombrado en aquel año como primer ministro y ministro de Hacienda al periodista Pedro Beltrán, director del periódico conservador La Prensa. Fernando Belaunde se perfilaba como el principal opositor del gobierno.

El libro Los Toros de José María de Lossio es otra joya que rescató de las fauces de otro “depredador de la cultura”. De inmediato por la textura de la tapa repujada en cuero, supo que se trataba de otra joya histórica ubicada en un lugar equivocado.

Recuerda que en vez de pedir rebaja le pagó demás ante el asombro del comerciante que le indicó que era la primera vez que alguien se llevaba un producto a más precio del que ofrecía y sin siquiera ojearlo. Don Luis está casi seguro de que muchas de sus páginas no fueron abiertas. Recién él pudo auscultarlas minuciosamente para extraer su contenido.

El se considera un aficionado de las corridas de toros, deleite que le nació desde pequeño en el Cuzco. La magia de la televisión por cable le permite disfrutar de los espectáculos más memorables en las plazas de México y España.

El singular ejemplar es un tratado técnico e histórico, que inclusive tiene un índice alfabético de apodos de los toreros españoles, es decir, se trata de un inventario biográfico de diestros que han pasado por los ruedos de este país europeo.

Es de editorial Esparsa- Calpe, S.A. Madrid, 1952. El ejemplar que posee don Luis es el tomo III de Los Toros publicado por Cossío. En la tapa de cuero puede visualizarse unos escudos que corresponden a los sellos de las ganaderías españolas reconocidas en el mundo.

Ambos libros forman parte de la colección de don Luis Soto, asiduo lector de cuanta enciclopedia cae en sus manos, sobre todo si contiene historia. Se precia de haber leído, numerosos tomos que narraban en detalle las guerras mundiales.

Don Luis afirma que a lo largo de sus 85 años ha conservado muchas “joyas” de relevancia en su vida. Aún tiene consigo el primer zapato de cuero cuzqueño que le compró su padre en el año 1932, aquel escarpín, lo exhibe dentro de su pequeña colección de recuerdos, también guarda una colección de monedas peruanas, boletos de viaje y recortes de diarios con noticias que él considera curiosas y relevantes.

Definitivamente es una cajita de pandora pues nunca se sabe con qué puede sorprender mañana, de lo que sí estamos seguros es que siempre estará atento para rescatar otra joya de ensueño del lugar menos imaginado.

(EXTRACTO PUBLICADO EN EL DOMINICAL DEL DIARIO LA INDUSTRIA DE CHICLAYO)




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