ABUELITA DIME TÚ



Mi nieta Adriana Sofía, a sus escasos 3 años, me sorprende cada día con su viveza, habilidad y razonamiento superior a su edad cronológica. Conoce los nombres de todos los miembros de la familia, se coloca sus zapatos y sandalias sin ayuda de nadie, come sola, baila al ritmo de la música de moda, canta sus canciones favoritas y hasta contesta con sorna cuando algo le incomoda.

La última frase que nos ha causa gracia ha sido dirigida a su bisabuela Magna. "Hay, vita mana, vita mana....de qué tanto te quejas, vita mana"....en razón de los innumerables ay(es) que escucha de mi madre.

Como nativa digital maneja su tablet con gran destreza ubicando sus canciones favoritas tanto infantiles como reguetoneras, y por supuesto también, su serie favorita "Pepa", cuyos episodios los repite hasta el cansancio. Si la pila de la tablet se le agota, no duda en buscarme para pedirme por favor que le preste mi celu, requerimiento al que pocas veces me niego. No hay forma de decirle no, cuando me pregunta: "Mamá Visa porfa presta tu celu para ver mi Pepa".  

A veces se pone a la defensiva, iniciando la pelea y en otras ocasiones sucumbe a las rabietas. Sin duda será una mujer con carácter. La televisión pocas veces la atrae, eso sí juega con sus ñecas (muñecas) hasta que el hambre la apura y pide su "teta en billón" (teta en biberón).

Resondrá a su papá cuando se demora, se siente enojada cuando su padrino (Luis Angel) no la visita, se apresura a contestar el teléfono para saludar a su abuelo Carlos, imita cada movimiento de su tía Chana (Luciana) hasta que alguna diferencia las aleja, estrecha los brazos a su tío abuelo Carlos cuando llega a casa, no pierde de vista a su tía abuela Chabuca cuando advierte que se irá de paseo y a su tía Vivi soló le da un beso advirtiéndole que nada de abrazos. A sabido ganarse el corazón de todos.

Cuando el bisabuelo Lucho vivía repetía siempre la misma escena, corría hacia sus brazos y lo llamaba "papá", él le sonreía y comentaba que aquella pequeña había llegado a la tierra para alegrar sus días. Ahora, lo recuerda como el abuelo que está en el cielo.

No sé si Sofi sea una niña excepcional, más bien creo que los niños y niñas de su generación son años luz diferentes a los que yo crié, la tecnología los sitúa en una ventaja extraordinaria. Sofía nos cautiva con su viveza, su sonrisa pícara y su espontaneidad. Dios y la Virgen proteja siempre a mi pequeña Sofi, quien con la frescura e inocencia que la caracteriza llama a su mamá Poya (Paola) y a su papá Nuno (Bruno). Brilla, querida nieta pero sobre todo sé feliz. Recogiendo la frase de papá, puedo decir que "eres la niña que alegra mis días".


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