TIEMPO DE MORIR


Con la pandemia del Covid 19 vivimos tiempos apocalípticos. La Biblia nos dice que hay un tiempo para nacer y un tiempo para morir….(Eclesiastés,3).

En las actuales circunstancias, la muerte literalmente nos respira en la nuca, el Covid 19 nos ha situado al filo de la navaja, en el punto de quiebre de nuestra existencia y en medio de la ruleta rusa con el riesgo que en cualquier momento la bala perfore nuestra sien, nos vuele los sesos y nos conduzca hacia el sueño eterno.

El Covid 19 nos ha desnudado, como a Adan y Eva en el paraíso después de comer la manzana prohibida, ha puesto en evidencia nuestra pobreza mental, nuestra inexplicable tendencia a la desobediencia, la soberbia y la rebelión contra todo tipo de reglas y mandatos.

Somos transgresores por naturaleza, quebrantamos el confinamiento, el distanciamiento social, el uso correcto de la mascarilla, el toque de queda, las prohibiciones de salir al parque, a la playa, a la discoteca, a las reuniones familiares y a las visitas domiciliarias.

Somos poco empáticos, egoístas, egocéntricos y nos creemos todopoderosos hasta que el virus toca nuestra puerta, se instala en nuestra casa y ataca a los más vulnerables, los arranca dolorosamente del seno familiar, los pulveriza y los desaparece, sin darnos la licencia de despedirlos, de asistir a su cristiana sepultura y de llorar sobre su tumba.

Si enfermamos, por nuestra irresponsabilidad o por situaciones circunstanciales, buscamos un chivo expiatorio, culpamos a las autoridades locales, regionales, ministeriales y al mismísimo presidente de la república, sin asumir nuestras culpas y demonios.

El virus no has dejado muchas lecciones: que somos extremadamente vulnerables y frágiles; que no hay barrera humana que detenga la propagación de una pandemia sin importar si vives en el primer, segundo o tercer mundo; que la vida se apaga en el momento menos pensado; y que estamos de paso rumbo a otro destino tal vez el definitivo.

Actuemos con responsabilidad, empatía y amor con nuestros congéneres especialmente con los más vulnerables.

Hagamos una oración por todos los fallecidos a causa del Covid y por los sobrevivientes que tendrán la misión de sobrellevar las pérdidas y escribir un nuevo capítulo en la historia de la humanidad.


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