LA DESTRUCCIÓN DE LAS CICLOVIAS

Las principales avenidas de Chiclayo fueron invadidas por las ciclovías, infraestructura que fue cuestionada por los conductores debido a que recortan el espacio de las pistas y dificultan el estacionamiento, en especial, de los vehículos de transporte público en su afán de dejar y recoger pasajeros.

Si bien esta iniciativa fue saludada por los ciclistas que veían peligrar su vida al no encontrar espacios para su segura circulación, la escasa presencia de éstos en los carriles  evidencia que no hubo estudios y el proyecto fue ejecutado al “guerrazo”.

Hoy en día las ciclovías lucen desoladas y las vallas han sido mutiladas por personas desadaptadas que no tienen respeto a los espacios públicos sin considerar que éstos le pertenecen a todos los ciudadanos que circulan en esta ciudad.

El recorte de las vallas de separación entre los conductores y los ciclistas, ahora dan un aspecto deplorable a las pistas, situación que puede observarse a lo largo de la Av. Elvira García García.

En un país, con poca cultura del uso de transporte alternativo para cuidar el medio ambiente y librar a la humanidad de la polución emanada de los vehículos a motor, la bicicleta aún no cala, como sí sucede en los países desarrollados con alta conciencia ambiental.

Pese a que desde un inicio la queja de los choferes parecía la repetitiva forma de ser de los peruanos que tienen la consigna “de que se trata para oponerme”, tenemos que darles ahora la razón y reconocer que fue una inversión “al agua”. De seguro más de uno se regocijará diciendo “te lo dije...”.