LAS ENSEÑANZAS DE JESÚS
Abrí La Biblia buscando un pasaje que me ayudará a explicar a Bruno, mi hijo de 16 años, que todo tiene su momento, pues con el ímpetu de su adolescencia quiere “correr” antes de aprender a caminar. Así que le leí la cita de Eclasiastés, 3, que señala que hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: un tiempo para nacer, y un tiempo para morir; un tiempo para plantar, y un tiempo para cosechar; un tiempo para matar, un tiempo para destruir, y un tiempo para construir; un tiempo para llorar, y un tiempo para reír; un tiempo para estar de luto, y un tiempo para saltar de gusto; un tiempo para esparcir piedras, y un tiempo para recogerlas; un tiempo para abrazarse, y un tiempo para despedirse; un tiempo para intentar, y un tiempo para desistir; un tiempo para guardar, y un tiempo para desechar; un tiempo para rasgar, y un tiempo para coser; un tiempo para callar, y un tiempo para hablar; un tiempo para amar, y un tiempo para odiar; un tiempo para la guerra, y un tiempo para